sábado, 15 de agosto de 2009

Levántate Mapu Lautaro y ven a mostrarnos cómo se les detiene hasta el aliento.

Haz lo tuyo Miguel, también lo tuyo Manuel.
Gorgojea el agua sobre las piedras asustadas, agitados respiran los árboles al verlos venir, él va posando sus ojos de miel sobre un horizonte que cae de bruces, es en eso, cuando siente el aguijón acerado enterrándose en su espalda y reventársele en fragmentos el torso. Desde su pecho pía una gavilla de gotas carmesí sobre la tierra.Llueve plomo tangible sobre los bosques y sobre los hombres.Y hace como ellos dicen, se queda, se detiene, se echa sobre el piso, quedado, se le escapa la vida, la respiración le dice adiós lentamente. Instintivamente posa su mano en ramaje de pájaro pequeño y siente la tibia sabia amaranta que le abandona el cuerpo, empuja con sus ojos el correr de los otros.Lo rodean, logra escuchar la respiración de perros metálicos que jadean a su lado, se gruñen los unos a los otros, un ladrido más alto los instala como columnas del terror a sus costados. ¡¡No se muevan hasta que esté muerto!!Alguien lo llama por su nombre, alguien le susurra dentro de la sangre, Collío, Collío y,una sonrisa pequeña de flor al alba se le dibuja en el rostro. Se levanta y entre lágrimas de orgullo lindo se marcha con ellos hacia los bosques. Su sangre se queda macerando copihues en ciernes.


Los versos no levantan los muertos, los poemas no evitan las matanzas. Sólo la lucha decidida y frontal nos hace libre.

“Los Cobardes son los que se esconden debajo de las normas” (Jean Paul Sastre)


“Ojo por ojo y el mundo queda ciego” (Ghandi)

“Prefiero la oscuridad digna si es luchando, a la luz fingida y pacífica de los carteles” (Anorak Emutiaa)

Estractos de "que las palablras sea balas" de Andrés Bianque Se agradece el aporte involuntario de Andres...pero la verdad no es robo...


La insurrección no es un absurdo es una verdad permanente y necesaria…Ahora


jueves, 13 de agosto de 2009

DECLARACIÓN ANTE ASESINATO DE MAPUCHE EN COLLIPULLI



Una vez más, se ha puesta en ejecución el terrorismo de Estado, como política para aplastar las demandas que hacen nuestros pueblos. A sangre fría, un carabinero mandado desde Santiago por el Ministro del Interior Pérez Yoma, ha asesinado a mansalva a un joven mapuche que se manifestaba en un predio de los muchos que han sido usurpados a nuestro pueblo.No pueden decir que un contingente de Fuerzas Especiales con balas de guerra actúa “en legítima defensa” frente a un grupo de manifestantes armados con palos y piedras. Desde 1882, no ha habido un solo soldado o policía chileno que haya sido muerto por mapuche; siempre las víctimas son de los nuestros: se trata de una política concertada entre los poderosos, con que el Estado pretende acallar y aterrorizar a los que reclaman sus derechos.Del mismo modo, con frialdad sanguinaria, en 1969, hace 40 años Edmundo Pérez Zujovic, padre del actual Ministro del Interior, que poseía el mismo cargo en el gobierno de Eduardo Frei, mandó al Grupo Móvil de Carabineros a reprimir a pobladores de Puerto Montt que trataban de obtener un sitio propio para levantar una vivienda: nueve pobladores asesinados a balazos, y un niño de nueve meses quemado vivo al incendiar Carabineros las carpas de los ocupantes. Esa vez, el gobierno defendió a su ministro, pero el pueblo supo que hacer y el gobierno perdió las elecciones. En 40 años no ha cambiado la historia: el Ministro Pérez posee propiedades en tierras usurpadas a nuestros antepasados, ha sido seleccionado en forma especial por los gobiernos concertacionistas, para imponer la mano dura contra los que ejercen el derecho a reclamar, tras postergaciones humillantes, cuando por largos años, los pueblos pedimos con todo orden y respeto lo que se nos ha quitado.Por supuesto, detrás de este asesinato está la presión de la ultraderecha que exigió más mano dura al gobierno y a Pérez Yoma. Están los inversionistas de las transnacionales, que demandan a la Concertación “limpieza étnica” para seguir apoyando la continuidad de este régimen. Hubiéramos querido que un gobierno que se inició con el apoyo de muchos de nosotros, hubiera tenido la misma actitud de responder a nuestras demandas, con la misma prontitud con que lo hizo ahora, matando mapuche para congraciarse con los usurpadores y volverse cómplices, unidos todos ellos contra el pueblo mapuche.Los que vivimos en ciudades, hubiéramos querido que el gobierno chileno destinase sus fuerzas para proteger a los habitantes de este país, frente a la delincuencia que se ha tomado las calles, donde corren la droga y el asesinato mientras la policía hace la vista gorda: la represión está concentrada en aplastar el inevitable levantamiento de nuestro pueblo. Asimismo, hemos sido testigos de las amenazas terroristas lanzadas efectivamente por el Comando Trizzano contra nuestro pueblo, que el Gobierno ha dejado impunes, mientras nuestros longko Pichun y Norin fueron encarcelados por supuestas amenazas que nunca existieron.Quisimos nueva relación, nuevo trato, re-conocer, pero ya no fue. El carabinero de Santiago (que será ascendido cuando olvidemos esta nueva muerte) terminó de sellar de un balazo la suerte de un régimen que ya no va a poder seguir teniendo apoyo de ningún mapuche.Pérez Yoma pasará a la historia como asesino, al igual que su padre Pérez Zujovic. Jaime Mendoza Collío será recordado como hijo luchador de la Madre Tierra, como Leftraru, Galvarino, Lemún, Wentekura y Katrilew.Rechazamos también, la manipulación vergonzosa de parte de miembros de la Concertación que se lavan las manos frente a este vil asesinato, cuando por su accionar a lo largo de muchos años, han sido cómplices de las políticas represivas de su propia coalición gobernante, sin haber planteado honesta y decididamente el rechazo a la violencia terrorista estatal, incluso han servido al propio Estado al que hoy critican con fines electorales. Si quieren ser consecuentes, que renuncien públicamente a formar parte de una coalición asesina.Exijamos la renuncia a Pérez Yoma, al comisionado Egaña, que ha sido incapaz de establecer puentes de nueva relación entre los que tienen en poder y los que exigimos mínimos derechos, a la Intendenta y Prefectos, a todos los que manchado sus nombres con la sangre del hijo de un pueblo que por siglos no ha sido escuchado. Nuestras conciencias no se mancharán con la sangre de un hermano: no nos hagamos cómplices de su continuidad en el poder.


JOSE LLANCAPAN CALFUCURA. CONSEJERO INDÍGENA URBANO.COMISIÓN POLÍTICA INDÍGENA URBANA

sábado, 1 de agosto de 2009

Odio a los indiferentes. (de trabajos de Gramsci)


Odio a los indiferentes.

Creo que vivir quiere decir tomar partido.

Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano.
La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida.

Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia.
La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera.
Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos.
Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia.
Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar.

La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista.
Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.